Nuestro Gozo debe de estar en Jesús!!!!
Lucas:1:39-45
Elisabet había estado disfrutando del milagro de un sorpresivo embarazo durante unos seis meses cuando María llegó a su casa. María, la joven elegida para llevar al Salvador del mundo, tenía prisa en visitar a su pariente mayor y más sabia, Elisabet, mientras procesaba todo lo que sucedía en su mundo. Cuando María entró a la casa de Zacarías y Elisabet ¡El bebé dentro del útero de Elisabet saltó de alegría! ¡En el instante en que Juan, aún sin haber nacido, sintió que estaba en la presencia de Jesús el Mesías, comenzó a saltar de alegría! Juan, aún en el vientre de su madre y sin poder ver a Jesús con sus ojos naturales, sabía que estaba en la presencia del Señor. ¡Solo hay una respuesta posible ante la presencia del Señor, y es la alegría! Elisabet le dijo a María que lo que sentía no era un pequeño y suave empujoncito por el bebé que estaba dentro: ¡Era un salto gigantesco! ¡Juan estaba en una explosión de alegría por estar en la presencia de Jesús! El espíritu de Juan estaba respondiendo al Espíritu de Jesucristo, donde siempre hay plenitud de gozo. Tal vez con el paso de los años, estos primos jugaban en las casas del uno o del otro. Me pregunto si cada vez que Jesús entraba a la habitación, El animado joven Juan ¡comenzaría a saltar de un lado a otro! Su madre, la propia Elisabet, que había sido criada en la casa de un sacerdote y ahora estaba casada con otro sacerdote, podría haberle dicho: "¡Juan, querido, deja de saltar! Hijo, estás tan animado." "Pero madre ¡No puedo evitarlo! Cada vez que estoy cerca de Jesús, mis piernas comienzan a saltar de alegría!" Cuando Jesús entra a nuestro mundo, nuestras vidas y a nuestros hogares, debemos responder con completa alegría. ¡Nuestro corazón debería comenzar el salta-Juan! En Su presencia es el único lugar donde siempre experimentarás la alegría. Tener a sus hijos en casa durante la Navidad, recibir montañas de regalos, decorar la casa o comer sofisticadas delicias culinarias... Ninguna de estas cosas llenarán su corazón de alegría. Esta Navidad, haga espacio a Su presencia. Pase tiempo con sus amigos y familiares cantando los amados villancicos Navideños; lean juntos en la Biblia la historia de Su nacimiento. ¡La Navidad nos ha dado la seguridad de que mientras vivamos en la tierra, podamos ser los beneficiarios del gozo del cielo!
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