Alabado sea el Señor




Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, Y en sus mandamientos se deleita en gran manera.
Salmos 112:1

¡Alabado sea el Señor! Dentro de esas tres palabras está el poderoso comienzo y el fundamento de una vida bendecida. Se inicia con saber quién es Dios y alabarlo. 

La alabanza es siempre un punto de partida. Significa agradecimiento. Es por eso que damos gracias antes de una comida y comenzamos las reuniones de la iglesia con canciones de alabanza. Jesús comenzó a agradecer a Dios antes de que Lázaro fuera levantado de entre los muertos, y Moisés alabó a Dios antes de dividir el Mar Rojo. A la naturaleza humana le gusta esperar hasta que se recibe una respuesta, pero la bendición comienza con la alabanza. 

La Palabra de Dios nos dice "Vengan a las puertas de su templo; ¡denle gracias y alábenlo!" (Salmo 100:4 - TLA). Sin embargo, alabar al Señor no se limita al hecho de cantar algunas canciones una vez a la semana en un servicio religioso. La adoración es un estilo de vida que abarca todo el espectro de la vida.

Puede alabar a Dios a cualquier hora del día, los siete días de la semana: en el automóvil, en la ducha o en la medianoche. No se trata de cantar un himno en particular o recitar una oración: se trata de una relación con su Padre Celestial que le ama y se preocupa por usted.

Las personas tienen diferentes ideas de cómo es Dios y se comunican con Él de acuerdo con su percepción. Aquellos que piensan que Él es rígido y austero, mantienen su distancia. Otros, que lo ven como formal y ceremonioso, por lo general se acercan a Él de la misma manera. Sin embargo, aquellos que lo conocen como Padre y Amigo, disfrutan de la bendición de una relación cercana e íntima con Él, donde puede invocarlo en cualquier momento. No importa en qué situación se encuentre, usted nunca está solo. 

Las circunstancias pueden comenzar a dar un giro cuando empiece a alabar a Dios. No solo la alabanza lo enfoca, sino que también hace que vea las cosas desde una perspectiva completamente nueva. 

Elogiar a Dios es más que un evento ritual o de una sola vez. Es un estilo de vida de adoración —le permite centrarse en Dios y cambia su perspectiva de las circunstancias que le rodean.— Así que, marche hoy en ese llamado que Dios le dio, con esta declaración como su base: 

"¡Alabado sea el Señor!"

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