¿Que es la Valentia?
Dedica un minuto para pensar en esta pregunta y reflexionar al respecto. Trata de definir el término en tus propias palabras. Valentía es la determinación para enfrentarse a situaciones arriesgadas o difíciles.
Comprométete a practicar la valentía, de forma diaria como estilo de vida. Valentía, es la capacidad de hacer algo que te atemoriza. Algunas de las áreas más críticas, donde Dios te llama a tener valentía, son aquellas que probablemente no parezcan atemorizantes.
En referencia a este tema, en la Biblia podemos encontrar, cómo Dios trata con un hombre llamado Josué, al cual, se le ha dado el mando de un pueblo, y la orden de poseer la tierra prometida. Dios le dijo: “Escucha lo que te mando: Esfuérzate y sé valiente. No temas ni desmayes, que yo soy el Señor tu Dios, y estaré contigo por dondequiera que vayas”.
Dios le confirma palabras de aliento y compromiso a Josué. Le recuerda que no debe temer ni desanimarse porque ha prometido estar con él. Igual que a Josué, te recuerda que tus anhelos y sueños, siempre y cuando se basen en verdades de las Escrituras, tienen su origen en los deseos de Dios. Él te ha dado dones y talentos individuales que corresponden a pasiones y motivaciones singulares. Si Dios te ha dado el deseo y la capacidad, es importante que sepas que te llamó a intentarlo y al hacerlo, es necesario permanecer siempre firme en tus convicciones.
Acepta el desafío de comprometerte a trabajar arduamente y alcanzar las metas que podrían parecer imposibles. Cambia el curso de la historia familiar, mediante el compromiso de realizar ajustes periódicos, a fin de asegurar relaciones que permanezcan. Aprecia y cuida las relaciones importantes de tu vida.
Como creyente, dependes de Dios, el cual da valentía para enfrentar los tiempos más difíciles y quizás, atemorizantes de la vida. La victoria va a depender de la obediencia y la fe en la Palabra de Dios. Confianza y obediencia, operan unánimes y no luchan entre ellas. Aun cuando Josué fue preparado para esta guerra, la obediencia a Dios, no el poder, garantizó el éxito de la operación.
Recuerda que la Palabra de Dios tiene poder. ¡La misma palabra que Dios habla, tiene en ella el poder de cumplimiento, si sólo confiamos y obedecemos!
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